Amazonian Poems
AMAZONIAN POEMS
Table
The table often dreams of having been an animal.
But if it had been an animal, it would not be a table.
If it had been an animal, it would have run away like the others
when the chainsaws came to take the trees that would become tables.
In the house a woman comes every night
and rubs a warm rag over the table’s haunches as if it were an animal.
With its four legs, the table could leave the house. But it thinks about the chairs surrounding it, and an animal would not abandon its family.
What the table likes best is for the woman to tickle her
as she gathers the breadcrumbs left behind by the children.
Mesa
Muchas veces la mesa sueña con haber sido un animal.
Pero si hubiera sido un animal no sería una mesa.
Si hubiera sido un animal se habría echado a correr como los demás
cuando llegaron las motosierras a llevarse los árboles que iban a ser mesas.
En la casa una mujer viene todas las noches y le pasa un trapo tibio por el lomo como si fuera un animal.
Con sus cuatro patas la mesa podría irse de la casa.
Pero piensa en las sillas que la rodean y un animal no abandonaría a sus hijos.
Lo que más le gusta a la mesa es que la mujer le haga cosquillas
mientras recoge las migajas de pan que dejan los niños.
Clouds
My father came to live in the Amazon to teach the Indians
how to make puzzles from clouds.
To help him, every afternoon, my brother and I
ran after the idle clouds passing by up there.
The clouds appeared and disappeared like thoughts.
Near our house many Indians lined up
to piece together puzzles from the clouds they know best.
Here some clouds look like trees, others remind people of Pirarucú fish.
Elsewhere, the Indians were looking for a cloud to complete the head of an armadillo.
“With water from the rivers and with city games,” my father writes
to his friends, “our Indians are entertained and learn to think.”
My brother and I would rather the clouds turned into meringues
so we could eat them with milk at suppertime.
Nubes
Mi padre se vino a vivir al Amazonas para enseñarles a los indios
a armar rompecabezas con las nubes.
Para ayudarle, por las tardes mi hermano y yo
corremos tras las nubes desocupadas que pasan allá arriba.
Las nubes aparecen y desaparecen como si fueran pensamientos.
Cerca de nuestra casa muchos indios hacen cola
para armar rompecabezas con las nubes que les son más familiares.
Aquí unas nubes se parecen a los árboles, y otras les recuerdan los pirarucús.
Por allá los indios buscan una nube para completarle la cabeza a un armadillo.
“Con el agua de los ríos y los juegos de ciudad”, les escribe mi padre a sus amigos, “nuestros indios se divierten y aprenden a pensar”.
A mi hermano y a mí nos gustaría mejor que las nubes se volvieran merengues para comérnoslas con leche a la hora de la cena.
Game
for George Auzenne, in memoriam
The sister and brother, mountain and sea, play tug-of-war with the river that joins them.
One day the sea jerks on the mountain, and the mountain turns over spilling her cauldron of lava over the land, houses, and people.
But when the sea least expects it, the mountain pulls at the river and the sea drowns hundreds of animals and fishermen who live on the shore.
“Worst of all, the biggest river allows this foolishness,” says an old woman.
The people beg the universe and the stars to teach this pair of scoundrels some manners.
The universe and stars say they don’t want to meddle in family affairs.
Juego
a George Auzenne, in memoriam
Los hermanos montaña y mar usan el río que los une como un lazo para jugar.
Un día al mar le da por jalar a la montaña y ella se voltea con su calderada de volcanes sobre las tierras, las casas y la gente.
Cuando el mar menos lo espera, la montaña tira del río y el mar ahoga cientos de animales y a los pescadores que viven en la orilla.
“Lo peor de todo es que el río más grande se presta para jugar”, dice una vieja.
La gente le ruega al universo y a las estrellas que les enseñen a ese par de malcriados a tener buenos modales.
El universo y las estrellas dicen que no quieren meterse en problemas de familia.
Herons
The fishermen who scale and gut their catch discover a river in the bellies of the fish.
In the river shines a sandbar where some boys play soccer.
A few herons come to the beach, take off their feathers, and go for a swim.
The fishermen wink at the boys goading them to bathe with the herons.
But the boys prefer to hide the herons’ clothes.
Then the fishermen who scale and gut their fish laugh so hard they fall down, choking.
The herons dress themselves in the fish scales and dive into the river.
Garzas
Los pescadores que escaman y abren las barrigas de sus peces les encuentran un río.
En el río brilla una playa donde juegan fútbol unos muchachos;
y a la playa llegan unas garzas a quitarse sus plumas y a bañarse.
Los pescadores les hacen guiños a los muchachos para que se bañen con las garzas.
Pero los muchachos prefieren esconderles las ropas a las garzas.
Entonces los que les abren las barrigas a los peces se ríen tanto que se ahogan de la risa.
Las garzas se ponen las escamas de los peces y se tiran al río.
Girl
A girl who bathes in a river ends up falling in love with the river.
Her parents would like her to wed an automobile; better find her another husband, get her away from that river.
“This affair with the river could make others in the universe uncomfortable,” some say.
The wind and other famous personalities are upset. They go on the radio and are seen on television.
This sad sun who comes to greet the girl every morning with a crate of oranges is upset.
The cloud who tries to slip through her window to take her far away is furious.
But the girl disappears, nobody knows to where, in the arms of her river.
Muchacha
Una muchacha que se baña en un río acaba enamorándose de él.
Sus padres quisieran casarla con un automóvil; mejor buscarle otro marido, quitársela a ese río.
“Puede que la relación con ese río incomode a otros en el universo”, dicen algunos.
El viento y otros más famosos se molestan; lo dicen en la radio, los muestran por televisión.
Se molesta el sol entristecido que viene con su canastita de naranjas a saludarla en las mañanas.
Se enfurece una nube que trata de meterse por su ventana para llevársela muy lejos.
Pero la muchacha desaparece, nadie sabe para dónde, en brazos de su río.
Tree
A man in love with a tree goes to live with it for awhile before getting married.
“Now you no longer need to look for sunshine, water, or food,” the man’s friends tell him.
Every night the man combs the tree’s hair and later they sit down to tea with their friends, the planets and the closest stars.
Life and the environmental magazines tell their love story to the whole world.
But one day the man gets tired of seeing the same faces, the same sun, moon and stars.
Relatives, ecologists and their best friends, the stars, come and ask him why he doesn’t want to live with the tree anymore.
The man tells them that he’s been thinking of marrying a river, or a cloud, or something more versatile.
Árbol
Un hombre enamorado de un árbol se va a vivir un tiempo con él antes de casarse.
“Así no tendrás que buscar más sol, ni agua ni comida”, le dicen sus amigos.
Todas las noches el hombre le peina los cabellos al árbol y luego se sientan a tomar té con sus amigos, los planetas y las estrellas más cercanas.
Life y las revistas ecológicas le cuentan la historia de amor a todo el mundo.
Pero un día el hombre se cansa de verle la misma cara al sol, a la luna y a las estrellas.
Los familiares, ecólogos y estrellas más amigas vienen y le preguntan por qué no quiere vivir más con el árbol.
El hombre les dice que ha pensado casarse con un río o una nube, o con algo más variado.
Little Farm
The little farm has coffee and comes out to greet the morning wearing her flower-tobacco leaf-banana-pineapple hat.
(Millions of years ago, the stars and planets purchased their tickets to see her smile at this moment.)
Hand in hand, noon and afternoon come out to behold and praise her.
Clouds tell their kids, thunder and lightning, to stop playing hide-and-seek to come and admire the little farm.
The tobacco philosopher, born on the farm, says with his leaves: “There’s nothing better than to be here at this moment on the farm.”
The little farm cries tears of joy and imagines that the lightning bolts will capture this moment in a photograph.
Chacra *
La chacra se toma su café y sale con su sombrero de flores, hojitas de tabaco, plátanos y piñas para saludar a la mañana.
(Las estrellas y los planetas compraron sus boletos hace millones de años sólo para verla sonreír este momento).
El mediodía y la tarde tomados de la mano salen a mirarla y a decirle sus cumplidos.
Unas nubes les dicen a sus hijos, los truenos y relámpagos, que dejen de jugar al escondite; que vengan y admiren a la chacra.
El tabaco filósofo nacido en la chacra habla con sus hojas: “nada mejor que estar aquí en la chacra para vivir este momento”.
La chacra se emociona hasta las lágrimas y se imagina que los relámpagos van a fotografiar este momento.
* Chacra: Voz Quichua. Alquería o granja. En el Amazonas y otras regiones de Suramérica se le llama a una extensión reducida de tierra dedicada a diversos cultivos.
The Wait
He who waits watches the landscape through the window for the one who is not coming.
He who is not coming can be seen very well in the distance. He can be seen in a solitary boat, in the sky, in the clouds.
Two trees stretch their branches to toast the day’s success.
He who waits would be happy if the sun coming into the living room would decide to turn into the one who is coming.
He who is not coming rides by on the back of a fly without saying hello.
He who waits would like the solitary boat and the clouds to worry.
It wouldn’t be bad if the trees showed a little concern, too.
La espera
El que espera mira el paisaje aguardando al que no va a venir.
En la distancia se ve muy bien al que no va a venir. Se puede ver en un bote solitario, en el cielo, en las nubes.
Dos árboles estiran sus ramas para brindar por el éxito del día.
El que espera sería feliz si los granos de sol entrando por la sala quisieran convertirse en el que va a venir.
El que no va a venir cruza montado en una mosca sin preguntar cómo le va.
El que espera quisiera que el bote solitario y las nubes también se preocuparan.
Tampoco estaría mal si los árboles del brindis se interesaran un poquito.
Translated into English by James Kimbrell and Rebecca Morgan
James Kimbrell is an American poet, translator and Director of the Creative Writing Program at Florida State University. Rebecca Morgan is a translator and Assistant Professor in the College of Education at Florida State University